A mi mamá que entendí
Tuve a la muerte
en las manos presagiando
una recta final
De golpe tendió la ropa
que vestía en el piso
la unión de la baldosa
refrendó como tendedero
al hilo de plata
cuyas prendas colgadas
soltaron a desgano
la masa corpórea
Entre cielo y tierra
intentaban mis manos
reanimar la camisa
de un corazón que se gastó
de un cuerpo que había fugado
un rato antes
frente a mis ojos.©
Laura ORORBIA©
& & & Laura Ororbia & & & 18 Febrero 2012.
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10 comentarios:
Estos recuerdos nos acompañan siempre querida Laura. El cariño que recibimos fue muy grande como para olvidarlo. Un beso y mi comprensión.
Laura, tristeza de la vida que escapa y las manos no retienen. Ya no pueden reanimar un corazón que ha extendido sus alas y ha remontado el vuelo para ser sangre que late en el verso.
Un emocionado poema.
Gracias por regalar poesía intensa, profunda.
Un gran abrazo
Emotivo poema que me trae recuerdos... ese cuerpo que se va frente a nuestros ojos, para ser alma solamente.
Un beso grande.
Vaya que triste este poema... pero el final me ha encantado Laura.... tiene mucha fuerza.... besos :**
Hola Laura, que triste y hermoso poema. Solo nos queda el recuerdo.....Cuidate.
Profundo poema.
Me gustó Laura.
Cariños.
Tristeza de cuando queremos hacer y no podemos, cuando de nuestras manos salta la batalla.
Donde quiera que esté llevará tus versos...
Tus netáforas son inmensas en su nostalgia, Laura, pero esa segunda estrofa, me llegó al alma.
Abrazos
Triste...como algo que se nos va...me gustó.
Saludos Laura.
Grandiosa oportunidad tener a la Muerte en las manos, más allá del dolor del fin de la materia. El anima queda en el Amor entregado y recibido
y nos sigue nutriendo siempre.
Una de la maravilla del arte, siento, es la multiplicidad de percepciones, pensamientos y sensaciones que una misma Obra desencadena. Me alegra verte en La Cala nuevamente.
Mis besos para ti!
sus ojos, dos túneles al más allá y el amor llorando en el aferramiento
hasta dejarlo volar, como un pájaro
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