Paredes blancas, un café, otro amanecer y el mismo rayo de luz prestada de a ratitos, cuando se destraba el gabinete.
Al momento de cruzar las vías, por alguna razón o por coincidencia total, dejó de galopar el corazón. No, no fue el tren. Apoyó, como siempre, medio cuerpo doblado sobre la estructura de caño que demora al caminante para que observe, y observó a cada lado y no escuchó ni el silbato, ni la campanilla, ni vio la polvareda, ni temblaba el piso como si un ejército, de hormigas enormes como perros, estuviera por salir de algún agujero, todas a la vez. De aquello no sintió nada, o no pudo darse cuenta.
El sol caía de frente, por eso le quedó el ceño fruncido, con los párpados achinados por el esfuerzo, apenas veía los rayos cayendo como lanzas que, desde todas las direcciones, apuntaban hacia él.
Había tomado un par de mates y sentía, cada tanto, como si la panza se hubiera querido contraer desde los costados hacia el ombligo; una cosa rara que molestaba en la garganta solo un poco, cuatro o cinco veces nomás. Sentía la sensación previa al bostezo que, aunque uno hubiera querido atajarla, lo habría hecho bostezar igual. Hacía una hora se había levantado con buen humor y caminó tres cuadras con el sol de frente, con ese malestar como si el mate se hiciera un bollo y quisiera salirse. Una bolita que empezó como un maní, se fijó en su estómago como una nuez, y se asentó como una pelota de tenis que subía rebotando por adentro del ombligo. Creció hasta simular una indigestión que, luego de echar raíces, tiró sus lazos como hiedra y se obsesionó con abrazarle el pecho dándole un sofocón. Un sudor frío le mojaba la frente.
El hombro izquierdo pegó un tirón profundo, tuvo que cambiar el bolso al otro brazo y llegó a la estructura de caños amarillos con una contracción en el abdomen que se extendía, un tentáculo le apretó fuerte la espalda y aquella indigestión endureció su mandíbula justo ahí, en el descanso, antes de cruzar las vías, con el bolso al otro lado, con el sol de frente, con otra contracción y la quijada rígida y un dolor en el pecho. Justo ahí, en la estructura amarilla, cuando se detuvo a esperar que pase el tren.
Laura Ororbia©
Laura Ororbia©
& & & Laura Ororbia & & & & & & Laura Ororbia & & & Dic. 2010
Texto premiado con Reconocimiento de Jurado
en el IIIº Certamen Ediciones Ruinas Circulares 2010
Me gané UN SEGUÍ PARTICIPANDO
& & & Laura Ororbia & & & & & & Laura Ororbia & & &
& & & Laura Ororbia & & & & & & Laura Ororbia & & &
Aquí puede oír Un regalo de Beatriz Salas desde el Blog "A mi Manera"
14 comentarios:
me ha gustado es un relato corto bonito y creo que real yo hace no se 4 años me hago pruebas por el colon una vez dada de alta seran menos asiduidad la cosa que me ponen una de ellas es tax y con contraste y no se si fue mi madre habia muerto unos 4 meses antes o el destino hubo una cosa buena yo doy las venas muy malas mi via buscada y meten en ella la inyeccion del contraste como estas lucia pues bien y eso doy mareos y hoy ni eso mira de golpe me sube una cosa como no podia respirar si me iba a quedar tendia y la enfermera detras dandole al suero bendito sea el rato pase boqueas daba en fin con el suero y el pipi alli quede un rato y sola si la pelo una vez tiesa no necesito a nadie la madre de mi nuera aparecio a otro dia pario a mi nieto por eso paso vamos la virgen se me figuro experiencias eso es la vida y destino
Não sei se percebi tudo:) Mas gostei de ler. Já não é pouco:)
Olé, pues mi enhorabuena por ese premio. Añade mi reconocimiento y un fuerte abrazo. Feliz fin de semana, amiga!
El lector a acompañado al protagonista hasta esa estructura amarilla, ha visto pasar el tren, pero se ha quedado con la duda de si el personaje murió.
Buen relato.
Un abrazo.
Un relato maravilloso, con calidad y estilo. Me devoré cada letra. ¡Bellísimo, muy bien logrado. Un abrazo.
Un texto muy bien logrado, excelente Laura.
Me llevaste hasta el final. Y me quedo con el suspenso de si murió o no el personaje. Me gusta como describes avidamente cada parte y circunstancia, excelente relato, besos
Have a SUPER weekend !
Bueno nos dejaste con la miel en los labios al final. enhorabuena por ese premio.
Un abrazo
Infarto mortal. Buen relato Laura.
Saludos.
Steppen.
!Qué duro que llegue la muerte tan callando!
Un abrazo y felicidades por el premio.
¿Cómo va a reconocer un jurado si justamente no suele conocer? seguí escribiendo para los tipos que se ponen el bolso al hombro y reciben marcas.
Un beso
Menárdez le agadece emocionado
Magnifico texto, pleno de inquietudes... Me alegro mucho del reconocimiento. Recibe mi felicitacion y un abrazo grande
Un interesante relato
buen juego de palabras y describes muy bien las sensaciones
un abrazo!!
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